sábado, 20 de agosto de 2011

Hoy estaba leyendo un informe periodistico de TN y me detuve un rato, un caso que ocurrio hace unos años en Santa fe, por ahi se acuerdan, uno en su momento penso muchas cosas, ahi saque informacion y lo quise compartir con ustedes.Se trata de lo siguiente,según la Ley de Convertibilidad, lo que debía estar depositado en la bóveda del Banco Nación de la ciudad de Santa Fe eran exactamente 3.187.000 entre dolares y pesos, un poco mas, el caso es que. el viernes 23 de setiembre de 1994, la plata desapareció. Mario César Fendrich, se acuerdan?el subtesorero de esa sucursal, programó el mecanismo de la bóveda para que se abriera el martes 27, exactamente 84 horas después. Como era un tipo atento, dejó una nota: “Gallego (el apodo del tesorero Juan José Sagardía), me lleve 3.000.000 de pesos y 187.000 dólares de la caja del cajero”.

A su mujer le había dicho que ese fin de semana se iba de pesca. Nada de extraño pues lo solía hacer con frecuencia, digo lo de la pesca… Ese viernes esperó la llegada de los camiones transportadores de caudales y cargó las sacas hasta el tesoro. El tipo salió de allí con una caja cargadita y se dirigió a su propio auto, un Fiat Duna Weekend de color rojo. Y se fue, es decir, desapareció. Así de simple.No habra faltado el que dijo" que capo, dejo a la bruja y se fue con la guita, hizo bien, ojala yo pudiera..."porque se suelen admirar... o no?

La notoriedad de Fendrich fue inmediata a la difusión de la noticia de lo que había hecho. Un bancario que se queda con la plata del banco en el que trabaja. Tapa de diarios, su foto por todos lados y su nombre repetido cientos de veces. Para muchos Fendrich se convirtió en el soberano de los pícaros,la viveza criolla en excelecia. Por lo pronto, su fama lo convirtió en el prófugo más famoso del país durante tres meses. ¿Dónde estaba? ¿Se fue al Caribe? ¿Y su familia? Se llegó a decir que Ronald Biggs, uno de los ladrones del tren postal Glasgow-Londres en 1962, refugiado en Brasil desde hacía décadas, lo asesoró sobre como moverse en la clandestinidad, una clandestinidad sin duda costosa.

No se puede menos que pensar que Fendrich eligió con cuidado el día para reaparecer. Que boludo no? yo que el con toda esa plata me rajo a una playa con una rubia joven nadie me ve mas el pelo...pero el 9 de enero de 1995 a las 8 y media, como quien no quiere la cosa, se presentó por su cuenta en los Tribunales Federales de Santa Fe. Ese día todos los santafecinos, mejor dicho, todos los argentinos atendían otro acontecimiento público, acaso inolvidable: ese día era el entierro de Carlos Monzón, el ex campeón mundial de boxeo, muerto en un accidente automovilístico.

¿Y la plata, Fendrich? Nooo… la plata dijo que no la tenía y que nunca la tuvo. Que una banda de quién sabe quiénes lo obligó a retirar el dinero y que, en verdad, no estuvo prófugo sino secuestrado. ¿Dónde? Bueno, ejem… eeeh… Nadie le creyó y en octubre de 1999 recibió siete años y dos meses de prisión como culpable del delito de peculado. ¿Cómo peculado, no es que se llevó la plata, que se la robó?

El que se lleva plata ajena sin usar violencia en las cosas o en las personas, digamos el que con dos dedos le saca la billetera del bolsillo trasero del pantalón a un señor, comete el delito de hurto, que tiene penas variables que van de un mes de prisión a los ocho años. Pero si el ladrón usa alguna violencia entonces hay robo, por ejemplo si golpea a la víctima o rompe la puerta de una casa. Para el robo las penas van de un mes hasta 15 años de cárcel. Con este panorama lo que hizo Fendrich se parece más a un hurto que a un robo porque no daño nada ni lastimó a nadie. Sin embargo, no fue condenado por hurto sino por peculado. ¿Por qué?

Hay que tener en cuenta que el hurto y el robo son delitos contra el derecho de propiedad que el dueño tiene sobre sus cosas, sobre su dinero por ejemplo. Fendrich era subtesorero del Banco Nación, es decir que la plata que se llevó no era de un particular sino de la administración pública. Pues bien, cuando un funcionario público sustrae dinero que tiene que cuidar o custodiar, comete peculado. Y el peculado tiene una penalidad que va de los dos a los 10 años de cárcel. Lo decisivo, entonces, para entender el delito que le aplicaron al subtesorero Mario Fendrich es el cargo que desempeñaba y la especial relación que tenía con el dinero que se llevó:era responsable de la plata porque la tenía en custodia.

El delito de peculado es tan viejo como el mismísimo Derecho de la antigua Roma. Está claro entonces que solamente lo puede cometer un funcionario público y no un particular. ¿Quién otro que no sea funcionario tiene valores públicos en custodia? La administración pública le da la custodia de dinero a causa del cargo que tiene, lo que hace presumir su honestidad. Por eso el funcionario que se aprovecha de esa situación abusa de la confianza que depositaron en él.

Si se busca en el Código Penal argentino el peculado se encuentra en el capítulo dedicado a la malversación de caudales públicos. La malversación, aun siendo el acto de corrupción administrativa más común, es un delito con poquísimas condenas. La palabra malversar viene del latín y significa “invertir mal”. Y eso es lo que dice la ley: comete malversación el funcionario que le da a los caudales que tenga para administrar una aplicación o inversión diferente de aquella para la que están destinados. La aplicación diferente de los bienes debe ser dentro de la misma administración.

¿Cuál es la diferencia entre malversación y peculado? Si la plata destinada para construir una escuela va al pago de salarios puede haber malversación; pero si va al bolsillo de algún funcionario, es peculado. Y esto es lo que hizo el subtesorero Fendrich. Hubiese malversado si aplicaba esos millones para atender otros rubros dentro de la misma administración, es decir si lo que estaba destinado para un área determinada lo hubiera invertido en otra. Pero no. Lo que hizo fue beneficiarse a si mismo llevándose el dinero.

¿Y la plata, Fendrich? “Nooo, de aquello no hablo. Ya pagué y estuve en la cárcel”, dijo. Y asegura que, a los 69 años, vive solamente de su jubilación.Convengamos que sacar dinero de un banco se puede hacer de forma legal (con una extracción) o ilegal (robo, hurto o peculado), pero cuando los bancos se quedan con el dinero de los ahorristas se llama crisis económica, corrida bancaria... ellos se quedan con el dinero ajeno pero nunca van presos... Hay delitos que huelen a justicia Por otra parte uno puede pensar tambien que si tenia tanta plata para que volvió?....por mas que se la hubiera gastado y se hubiera quedado sin nada para que se tomo la molestia de regresar?tuvo un lapsus de honestidad y se arrepintió?, sii extrañaba a su familia la hubiera llevado con él, una persona que labura de eso durante tantos años que conoce de manejo del dinero etc. no cierra, de todas formas el se quedo con dinero ajeno.Las anecdotas ahora no interesan.Me parece que si lo condenaron debe de existir embargo sobre sus bienes por el monto de lo robado o peculeado, lo que lo convierte en un interdicto hasta que cubra la deuda.Aun cuando alguien acusa no tener trabajo por ende no tener solvencia para pagar lo que debe tiene que justificar de donde saca el dinero para subsistir dentro del marco de la ley.De todas maneras quedarse con algo que no nos corresponde esta mal. Pero es una mala costumbre que hasta suele dar cierto prestigio a un delincuente.en el penal es el mas respetado. Vivimos en una sociedad en la que se hizo un dicho popular “ no importa que robe mientras que haga lo que promete y nos deje vivir…” cuando se habla de un funcionario o un politico.Cosa que suele ser imposible de comprobar ya que frente a echos delictivos no dejan recibos firmados de lo que se llevaron, o peculearon, ni huellas dactilares, siempre hay algun amigo que agiliza el tramite.ni se investigan, porque no es siempre la muerte de Monzon pero estamos apabullados de noticias que nos distraen y nos mantienen en vilo a toda la poblacion.Siempre hay un atentado, una catastrofe un tsunami , un famoso que se casa, que tiene un hijo, que se pelea, un accidente en la ruta con muchos muertos,un avion que se cayo, un pibe que le pegarona la salida de un boliche, una señora que choco el auto, un niño prodigio, eso nos explica muchas cosas que nos solemos preguntar siempre,y nos hace dar tantas ganas de apagar el televisor. Igual... nada lo justifica.Tal vez la esposa lo perdone si vuelve con la guita pero preso y pobre nisiquiera sirve,igual se hara una pelicula o un capitulo con su caso. siempre ha quien esta atento, como paso con el caso Shocklender, se acuerdan?no, no me refiero al caso con la Bonafini, sino el problema con el asesinato de sus padres.Abogados que tanto suelo despreciar, boludear ,por prejuiciosa no mas, y descreida,como me gustaria que se manifestaran como cualquier otro ciudadano, no se les arrugara el traje si se juntan en una plaza, el pueblo los apoyara espontaneamente, si al fin y al cabo ustedes tambien suelen ser victimas de los delincuentes de guante blanco.Todos somos sus victimas, porque las protestas y las marchas para manifestar un descontento, reclamar siempre caen en manos de sindicalistas,de gente que se reune espontaneamente por una causa,que junten la basura los recolectores, o que se vallan los okupas, o que haya seguridad en el barrio,etc. etc. grupos que se arman en los barrios para pedir justicia, o agrupaciones politicas que juntan gente paga para los actos de presencia para rellenar.De las verdaderas protestas poco y nada.Mientras no haya conciencia que el pais se levanta entre todos la cosa no tiene solucion.

Estas cosas ocurren en Argentina.

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